CUENTO

“La vieja que nunca fue bella”
Hace miles de años que en La Graciosa ocurrió. Erase una vez una anciana. Iba caminando hacia su casa después de su largo día de trabajo, y como era Navidad, había nieve y tropezó. En una casa unos hombres le gritaron: «¡Vieja loca, dúchate, eres cochina y fea!». Ella, sin escuchar, siguió su camino y de repente se levanta otro y grita riéndose: «¿Quieres que te demos dinero para regalos y bombones, vieja pobre?». A lo que ella respondió: «La navidad no significa regalos, ni polvorones; el verdadero significado de Navidad es amor, unión con la familia y pasártelo lo mejor posible». Cuando terminó de hablar siguió caminando. Ya, cuando estaba a punto de llegar a casa se le puso delante el hada de la belleza y le preguntó: «¿Quieres ser la anciana más guapa del mundo? Yo puedo conseguir que lo seas.» La anciana se enfureció y caminó a paso rápido hacia su casa y cerró la puerta fuerte. Al día siguiente, se despertó y fue a la plaza a hacer su trabajo: vender barritas María. Cuando llegó a la plaza empezó a gritar: «Barritas, barritas María, las hago de noche y las vendo de día.» Cuando ya llevaba tiempo gritándolo, se le apareció otra vez el hada y le dijo nuevamente: « ¿Quieres ser la anciana más guapa del mundo?» Esta vez la anciana le contesto: «No quiero ser bella, no quiero ser rica, lo único que quiero es tener buen corazón.» Y así fue como la anciana siguió su vida, ganándose la vida vendiendo barritas y no haciendo caso a la gente mala.
Sergio Fernando Páez Páez